lunes, 31 de agosto de 2015

Una breve historia del Jugger, parte 1.

Para comprender el presente siempre hay que tener en cuenta el pasado, ya que no somos más que el producto de lo que nos ha ocurrido sumado a nuestra propia personalidad. En todo equipo que se precie existe un fenómeno que llamaremos "conciencia colectiva", que es una especie de nube anímica que envuelve al equipo y no es más que la suma de todas las opiniones convergentes de todo el equipo en torno a un tema en particular. A modo de ejemplo, tras jugar un partido y perderlo, todos y cada uno de los integrantes de un equipo, inevitablemente, realizan un análisis interior del partido y buscan las razones de la derrota. En la cultura ibérica esto se llama "buscar culpables" y me parece un ejercicio negativo en la mayoría de casos porque no se realiza de forma correcta, pero esto es un tema a tratar en un post aparte. Si todos los análisis que se han realizado por cada jugador individualmente tienen puntos concordantes, podemos hablar de "conciencia colectiva" sobre un determinado punto en particular, que en este caso serían las razones de la derrota. Continuando con el ejemplo, si, a falta de 3 piedras para terminar el partido y con todo a favor para marcar el punto decisivo, el corredor falla estrepitosamente y se sale del campo en lugar de anotar, es evidente que el máximo culpable de la derrota o empate es dicho corredor. Extrapolando a lo que pretendo explicar, diríamos que en la conciencia colectiva del equipo está que el qwiker la ha cagado. 
Explicado ese concepto y entrando ya más en materia, pretendo contar la historia de cómo la conciencia colectiva de Midnight nos ha costado más de un disgusto y algún quebradero de cabeza, uno de los cuales tiene la culpa de la existencia de este blog, por cierto.
En sus primeros pasos en este deporte, Midnight se caracterizaba por ser un equipo de bajo nivel, humilde y que basaba su fuerza en el trabajo en equipo. Esa última afirmación es una verdad a medias, dado que ese "trabajo en equipo" se limitaba a la línea derecha (kette y protector) y al qwiker, quienes llevábamos el peso de la mayor parte de las jugadas, la mayoría de las cuales llegaban a buen puerto por lo mucho que nos conocíamos esos tres jugadores previamente. En cualquier caso, lo que pretendo recalcar en este párrafo es la humildad del equipo, lo cual era inevitable dado que estábamos totalmente a la sombra de Ninjas, que en aquel momento estaba a años luz en nivel de nosotros. Esta situación nos llevaba a no creernos mejor que ningún equipo contra el que jugábamos, con lo cual se salía con más tensión durante todo el partido, aunque también afectaba a la confianza con la que se afrontaba el partido, lo cual es un punto negativo. Como en todo, se debe buscar un término medio entre el respeto por el rival y la confianza en uno mismo.
Aquello cambió con la incorporación de los nuevos fichajes aquel verano: Emi, Raúl y Miguel. Supuso un salto cualitativo muy grande para nosotros, ya que cubríamos las zonas del campo que, en aquel momento, teníamos más débiles (antikette y libre) y mi tan ansiado recambio porque ya empezaba a estar viejo
Nuestro primer torneo juntos(IV Summer Cup), que coincidió también con ser el primer nacional de Midnight en conjunto, fue un despertar para todos. Sin aspirar a nada conseguimos llegar a octavos de final (de hecho no llegamos a cuartos por aquel infame partido contra Black Dragons, que merecería una entrada aparte). Llegamos a clasificar, si no recuerdo mal, un puesto o dos por encima de Ninjas, que no tuvo su mejor torneo tampoco (fue la Summer de la gran vendetta de Verracos). Recuerdo aquel verano con nostalgia, con entrenamientos que duraban 4-5 horas prácticamente 3 o 4 días a la semana. También fue el punto álgido de la relación MF-Ninjas (sí, por extraño que pueda parecer, hubo un tiempo en el que nos llevábamos bien), lo que hacía que los dos equipos entrenásemos juntos bastante a menudo, con la consiguiente mejoría de ambos. La consecuencia de todo aquello fue un salto de calidad bestial de todo el equipo en conjunto, como se pudo comprobar en la siguiente Liga Alicantina (que fue un paseo militar de los dos primeros) y en los siguientes nacionales, que ya serán objeto de una publicación posterior, que esta ya se está quedando larga.

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