martes, 12 de diciembre de 2017

Huellas

Como avanzábamos en las últimas frases de la pasada entrada, tenía en curso un procedimiento de purga de gente y cosas de mi vida. Debido a un TOC que tengo, según el cual todo debe quedar cerrado de forma correcta e incluso poética, llevaba tiempo pensando en que la Masters iba a significar el final de una etapa. Varios torneos previos me certificaron lo que venía sospechando: que ya no me resultaba agradable jugar a Jugger. Ya no disfrutaba los partidos, más bien al contrario, los sufría

A pesar de que tampoco me apetece en absoluto escribir esto, también por consecuencia de ese TOC del que os hablo me veo en la obligación de dejar cerrado esto también con lo que espero sea una buena despedida. Espero, de verdad, no tener que volver a escribir nada más aquí. No me obliguéis a hacerlo de nuevo.

El resumen del torneo comienza el viernes pasado, cuando recibimos la noticia de que Kike se había lesionado en el tobillo jugando a baloncesto. "Bueno, nos queda Kevin", pensamos todos. No contábamos con que el bueno de Kevin, que de bueno es tonto (quan més gran, més fava, que diu sa mare), sólo se trajo un kette al torneo. El kette que se le rompe cada dos por tres. Efectivamente, jugamos medio partido contra Feedbacks sin kette y medio partido contra FDK en las mismas condiciones. Eso puede, en parte, explicar la derrota contra estos últimos, pero no me apetece hablar de Jugger del mismo modo que lo hacía antes y no seguí el partido con los mismos ojos con los que acostumbraba a hacerlo, así que ni quiero ni puedo entrar en detalles técnicos. 

Tras esa derrota, todos (o la mayoría de nosotros) estuvimos de acuerdo en que no queríamos seguir disputando el torneo y servidor procedió a preguntar a la organización si era demasiada molestia el irnos en aquel momento. La organización nos hizo saber que sí, que eso suponía tener un equipo menos para arbitrar y descolocaría demasiado el torneo porque sólo con ocho equipos arbitrando no hay quien arbitre a diez participantes. Siendo así, dado que nuestra intención no era entorpecer a la organización (de la que por cierto, servidor formaba parte aparentemente) continuamos jugando, aunque era el último sitio en el que queríamos estar. En no queriendo jugar, sacamos una victoria contundente contra Homelands y plantamos bastante cara a Tercios, pero le concedo tan poquito valor a eso como al resto del torneo. Como ya he dicho, era el último sitio en el que me apetecía estar.

En este momento sucede lo siguiente: nos informan de que ha ocurrido algo extraño en una de las rondas y uno de los equipos clasificados para la fase final no había arbitrado un partido que le correspondía arbitrar. Con arreglo a la normativa del torneo, la organización nos asegura que habrá sanción para dicho equipo y que nosotros seríamos los clasificados en su lugar. Siendo así, llamamos a la mitad del equipo, que ya se había marchado (sabiendo que era casi imposible que nos clasificáramos), para que se diesen la vuelta y volviesen. ¡Oh, dramático giro de los acontecimientos! Sólo una persona de todas las que tenían derecho a voto decidió que no procedía sanción por aquello y, en un alarde de coherencia democrática, la sanción no fue. En cambio, sí se procedió a dejar a Midnight en 10º lugar al informar que no arbitraríamos ni jugaríamos más partidos tras esa decisión. ¿Vamos viendo la vara de medir? Igual el problema era el avisar

Aquello en mi cabeza supuso el clic definitivo que necesitaba para llegar a las conclusiones que expondré en los sucesivos párrafos, a pesar de que, y esto quiero que quede bien claro, lo último que me apetecía era, en aquel momento, jugarme la semifinal, pero hay cosas por las que no paso. La primera de esas conclusiones es que ya he tenido suficiente de esta mierda, no pienso volver a dejar que se rían de mi otra vez y mucho menos en Alicante, que bastante hemos tenido que ver ya. Si no, que le pregunten a Cristian o a Jose a ver en qué momento perdieron las ganas y la ilusión por el Jugger. ¡Oh, sorpresa! También coincide con la deriva radical de cierto sector de Midnight. ¡Vaya!

La segunda de las conclusiones es una consecuencia directa de mi propia personalidad. Los que me conocéis sabéis que suelo callarme muchas cosas que no digo por motivos diversos, generalmente por no embarrar más las cosas de lo que ya están, porque, en el fondo, no me gusta tener problemas con nadie. El problema de callar es que termina saliendo por otro lado o estallando en algún momento, así que decidí que era el momento de un estallido controlado y calculado. También es parte de mi el que mis relaciones con las cosas y la gente suelan terminar mal. Soy así. Soy todo o nada, blanco o negro, gris no voy a ser en mi vida (que diría aquel). O me quieres o me odias. O te quiero o te odio.

La tercera conclusión quizá sea la más peligrosa de todas y es que, sinceramente, el Jugger me la suda. No lo había hecho hasta aquel momento, de verdad. De verdad que me importaba y me preocupaba por tratar de mejorarlo día a día, aportando todo el trabajo, conocimiento y esfuerzo que buenamente me fue posible para sacar adelante proyectos propios y ajenos. Estoy orgulloso de algunos de ellos y me arrepiento de muchos otros, pero todo lo hacía por amor al arte y de forma desinteresada. Nunca quise recibir un trato de favor por ello y ni siquiera necesitaba agradecimiento de nadie, sólo que me dejasen trabajar en paz. Pero ni por esas, ni trabajar en paz me han (o habéis) dejado. Una vez escuché unas frases con las que nunca terminé de coincidir: A los amigos, el culo. A los enemigos, por el culo. Al indiferente, la legalidad vigente. 

No se quién eres, querido lector anónimo, pero te aseguro que mi visión actual es que la comunidad de Jugger, en general, no se merece al deporte y a varias personas que lo practican de verdad. Es posible que muchos opinéis que yo también represento ese colectivo de gente que no se merece el deporte, sobre todo después del domingo y no negaré que tengáis razón. He tratado de compensar lo que resto aportando lo que he podido hasta que me he cansado de hacerlo. Mi forma de mostrar un mínimo de agradecimiento es apartarme antes de que mi propia personalidad me lleve a restar de verdad más todavía. 

¡Sorpresa! ¿Soy un hijo de puta? Correcto. ¿No me arrepiento de nada? Correcto. ¿Me quedé más a gusto que Dios tirando esa placa a la basura? Sí. ¿Volvería a hacerlo? Por supuesto. 

El resumen de este año en general, cuya acumulación de vicisitudes ha tenido mucho que ver en todo lo que ha sucedido, es que estoy cansado. Estoy cansado de pelear contra lo que viene de fuera, estoy cansado de pelear contra lo que sucede dentro de mi propio equipo y, más todavía, estoy cansado de pelear conmigo mismo. He ido eliminando de mi vida a la gente y las cosas que me llevaban a esas peleas internas y esto sólo ha sido el culmen. Soy consciente de que esta es la segunda vez que lo hago, pero esta vez es por motivos bastante distintos, así que quiero creer que es la definitiva.

Sobre el resto de mi equipo, sólo puedo pedirles disculpas por no haber aguantado un poquito más, por rendirme y por no haber podido llevarles a ganar ningún torneo. No estoy acostumbrado a no conseguir lo que quiero y es lo que más difícil me resulta, pero estoy seguro de que sin mi podrán seguir haciéndolo tan bien, si no mejor, de como lo han hecho conmigo. A partir de ahora, cada vez que notéis un golpe ligeramente más fuerte de lo habitual, sabed que va de mi parte y con mis mejores deseos

A lo largo de estos días he recibido mensajes de algunas personas, en su mayoría apoyándome en lo que hice y, aunque agradezco muchas de las frases que he leído y algunas de ellas las llevaré con orgullo, no pretendo quedar como un santo mártir poseedor de la razón absoluta. Como ya he dicho, considero que lo que hice estuvo muy feo y fue de ser muy hijo de puta, pero más allá de considerarlo como un defecto, yo me lo tomaría como una virtud a potenciar, habida cuenta de lo visto durante todos estos años. (Ahora sería buen momento para aplicar la norma del culo a los amigos, pero utilizaré otra frase, esta sí que de mi cosecha: quid por culo). No espero con esto hacer reflexionar a nadie sobre quién tiene razón y quién deja de tenerla, eso queda a juicio de cada cual. Tampoco espero disculpas por parte de nadie (que tampoco aceptaría) y mucho menos me disculparé por nada (no soy muy de disculpas, ni activas ni pasivas), así que mejor dejemos las cosas como están y sigamos cada uno por su lado. Ya vendrá el tío Paco con las rebajas.

Hay algo que sí me gustaría añadir y es un pequeño reconocimiento a esas excepciones que confirman la regla. A esos Charlies, a esos Hugos, a esos Sensos, a esos Midnights y a una lista algo más extensa de nombres que no completaré aquí por temor a dejar fuera a alguien por error u omisión, pero que el que forma parte de ella lo sabe bien de sobra, porque jamás le habré obrado mal alguno. Para esa gente sólo tengo palabras de agradecimiento por todos los partidos, risas y tertulias disfrutadas, suerte evitando mi mismo destino y VFC. Argo se muere en er arma cuando un amigo se va.